A no criminalizar el trabajo han llamado las mujeres que se dedican al cultivo de amapola o coca tanto de México como de Colombia y Perú, pues para muchas es su única fuente de empleo.
Se pronunciaron por que se reconozca que quienes viven en zonas con estos cultivos obtienen de ahí sus ingresos, los cuales suelen invertir en acciones que generan bienestar para sus familias y comunidades, bajo el marco de la presentación de un informe sobre políticas y programas de drogas con base en las mujeres que cultivan plantas declaradas ilícitas, elaborado por Humanas Colombia- Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género.
La lucha es para que mediante la legalización de la amapola con fines médicos y científicos, el trabajo que realizan sea digno y bien remunerado, en el caso de México, la Red de Mujeres Cultivadoras.
Cabe resaltar que en el corredor de la Sierra de Guerrero, “que abarca desde la Costa Grande hasta la región Tierra Caliente, muy pegado a Michoacán, se ha cultivado amapola desde hace 40 años y también mariguana.
Según los testimonios de los pobladores, La gente, campesinos han vivido de esto porque desafortunadamente el de maíz no es bien pagado, aparte de que por los diferentes climas que existen tarda más tiempo para su producción”.
Las mujeres que cultivan amapola intervienen en todos los procesos desde limpiar y preparar la tierra hasta que empieza el acopio de la goma de opio. No obstante, su trabajo en su mayoría no es remunerado pues lo realiza como parte de las labores que tienen dentro de su familia.
