Cientos de fans hicieron largas filas vestidos con sus túnicas y sombreros de brujas para poder ingresar a la tienda de tres pisos en Manhattan.
Los fans se probaron jerseys del juego Quidditch, hojearon copias de la serie de libros más vendida de la historia, probaron la bebida favorita de los magos en el bar Butterbeer, se tomaron selfis frente a una cabina de teléfono roja, posaron en los zapatos gigantes de Hagrid, eligieron las varitas que más les gustan entre otras cosas.
Incluso hubieron fans que viajaron desde Texas para poder comprar y tomarse fotos en la tienda.
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