Hace dos años las bandas del crimen organizado centraron sus operaciones en los gobiernos estatales que se renovaron en 2016, según una investigación del diario Reforma. Un año transcurrida su administración, los niveles de violencia se desbordaron.
En 2017, las ejecuciones al estilo narco que se reflejan como homicidios dolosos sembraron un clima de incertidumbre causando cifras altas.
Los estados con mayor incidencia en este delito son:
Quintana Roo, gobernado por la alianza PAN-PRD, por el gobernador Carlos Joaquín González, pasó de 165 denuncias en 2016 a 359 casos el año pasado, incrementándose un 117%.
Colima, gobernado por José Ignacio Peralta, registró 502 carpetas de investigación en 2016 a 698 en 2017, con un incremento del 39%.
En Hidalgo, gobernado por Omar Fayad, registró 135 casos en 2016 y 185 denuncias en 2017, con incremento en 37%
En Tamaulipas, gobernado por Francisco Cabeza de Vaca, registró 595 denuncias por homicidio doloso en 2016, en comparación a las 804 de 2017, se incrementó un 35%
Veracruz, gobernador por Miguel Ángel Yunes, registró en 2016 mil 200 denuncias a mil 562 en el 2017, se incrementó un 30%.
En Chihuahua, gobernado por Javier Corral, registró un aumento del 27%.
Las administraciones que se renovaron el año pasado tampoco se han escapado de la incertidumbre que genera la violencia, el caso más ejemplar es el Estado de Nayarit, gobernado por el panista Antonio Echeverría, cerró el 2017 con 253 homicidios dolosos, 532% más que en 2016, que solo reportó 40 casos.
En Puebla, gobernada por el panista Antonio Gali Fayad, reporta un incremento en los crímenes del 53%, tuvo 581 homicidios de esa índole en 2016 y cerró el año pasado con 894 denuncias por ese delito.
Sinaloa, gobernado por Quirino Ordaz Coppel, elevó en 2017 el homicidio intencional en un 35% , al pasar de 922 casos en 2016 a mil 250 denuncias en 2017.
En Tlaxcala, la administración del priista Marco Antonio Mena sufrió el aumento de los homicidios en un 55%.
