Jon Gruden, entrenador de los Raiders de Las Vegas, dimitió el lunes por la noche. Lo hizo horas después de que salieran a la luz frases racistas, homofóbicas y misóginas del encargado del equipo de la NFL, la liga de fútbol americano profesional.
“Amo a los Raiders y no quiero ser una distracción… Perdón. No era mi intención lastimar a nadie”, ha dicho Gruden, de 58 años, en un tuit publicado por el equipo de Nevada. Mark Davis, el dueño de la organización, ha aceptado la salida del timonel, quien ganó el Super Bowl con Tampa Bay en 2003 y fue comentarista estrella de la cadena ESPN.
"I have resigned as Head Coach of the Las Vegas Raiders. I love the Raiders and do not want to be a distraction. Thank you to all the players, coaches, staff, and fans of Raider Nation. I’m sorry, I never meant to hurt anyone."
Jon Gruden
— Las Vegas Raiders (@Raiders) October 12, 2021
El detonante fue el pasado viernes, cuando The Wall Street Journal publicó que el entrenador había usado en el pasado una frase racista para referirse al jefe del sindicato de jugadores de la liga, DeMaurice Smith. “(Tiene) labios del tamaño de neumáticos de Michelin”, escribió Gruden, criado en una familia de entrenadores.
La revelación periodística causó revuelo en la liga, que consideró los comentarios “espantosos” y “aborrecibles”. Gruden se disculpó a medias diciendo que no recordaba haber mandado ese correo y que en él no había “pizca” de racismo.
De igual forma, este lunes, The New York Times publicó algunas de esos correos. “Maricón”, llamó Gruden hace 10 años al comisionado Roger Goodell, la máxima autoridad de la liga. Gruden era entonces comentarista estrella de ESPN. En una serie de correos enviados a Bruce Allen, el presidente del equipo de Washington, antes llamados Redskins (pieles rojas), el locutor fue muy duro con los esfuerzos del comisionado para reducir los golpes en la cabeza en la liga. “Es un marica antifútbol que no tiene idea”, lo calificó en otro mensaje. Gruden también pidió el despido de los jugadores que se hincaban para protestar por el racismo sistémico en Estados Unidos.
