Un pequeño refugio que encontraron algunos de los seres humanos que pasaron por Auschwitz, fue la música.
Un compositor y pianista italiano, Francesco Lotoro, ha sacado a la luz parte de esa música, a 75 años después de la liberación de aquellos terribles lugares de exterminio.
Buscando restos de composiciones e, incluso, completando él mismo las que habían quedado a medias, este compositor se ha pasado los últimos 30 años recopilando información sobre el tema.
El pianista italiano, lleno de fervor y emotividad, explica a la cadena CBS, es un milagro: “El milagro es que esta música nos llega. La música es un fenómeno que gana. Ese es el secreto de los campos de concentración. Nadie puede quitártelo. Nadie puede encarcelarlo“. Y no son composiciones menores: “En algunos casos, estamos frente a obras maestras que podrían haber cambiado el camino del lenguaje musical en Europa si se hubieran escrito en un mundo libre”.
Francesco Lotoro, llevando una grandiosa empresa personal y altruista, ha sido capaz de recopilar, organizar y grabar 400 obras que fueron compuestas en los campos de concentración.
De acuerdo a su labor de clasificaion y su análisis agudo, el pianista comenta que algunos autores tienen nombre, como Aleksander Kulisiewicz o Jozef Kropinski, mientras otros quedan en el anonimato como una pieza de una mujer judía de Auschwitz u otra que escribió un músico judío en Theriesendtadt.
El músico pianista firme y tenaz, con la ayuda inestimable de su esposa, es el héroe de haber encontrado estos restos, casi siempre gastando su propio dinero ante la falta de ayudas. Siempre ha considerado con toda su fe que , “lo que sucedió en los campos es más que un fenómeno artístico.
Finalmente declara con gran emotividad y certeza que “Tenemos que pensar en esta música como un último testamento. Tenemos que interpretar esta música como Beethoven, Mahler, Schumann. Estos músicos, para mí, solo querían un deseo: que esta música se pueda interpretar”
