2024: LOS EBRARD CONTRA LOS SHEINBAUM

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Por Vladimir de la Torre Morin
@delatorremorin

Cuando estalló el escándalo por la línea 12 del metro, todo el mundo asumió que la carrera de Marcelo Ebrard estaba acabada. Debió ser así, pero no ocurrió. Marcelo se fue a Francia y con frecuencia los vuelos desde París a Washington se hicieron frecuentes porque el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México apoyó la campaña de Hillary Clinton a la presidencia del 2016.

Cuando el Colegio Rebsamen se hizo polvo sobre la vida de una veintena de niños por el terremoto de 2017, todo el mundo asumió que la carrera de la jefa delegacional de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, estaba acabada. Debió ser así, pero no ocurrió. Levantado el último escombro, Claudia pidió licencia y empezó a construir la carrera a la jefatura de gobierno.

Andrés Manuel quiso que la carrera de ambos se mantuviera intacta para que en cuatro años y medio decida quién será el candidato al 2024.
El diseño de la estrategia no fue parejo. Los cercanos a Ebrard acusan que los mandaron lejos a la Secretaria de Relaciones Exteriores, para que no le haga sombra a Claudia. Los cercanos a Sheinbaum acusan que los dejaron muy expuestos y están sintiendo el desgaste.

La Secretaria de Medio Ambiente de Andrés Manuel en la Ciudad de México (2000-2006) no pudo ni acercarse a la oficina de Marcelo Ebrard (2006-2012), desde aquel momento parece irreconciliable el enfrentamiento entre “los Ebrard” y “los Sheinbaum”.

Aunque Marcelo coordinó la campaña de Claudia en 2018, por decisión de Obrador, en ocasiones el “cuarto de guerra” de la campaña fue más una batalla interna que un espacio para hacer frente a los adversarios.
Cada uno de los grupos ve a su jefe ocupando la boleta presidencial.

Ella de 56 años, y él de 59, en 2024 ambos serán más jóvenes que Andrés Manuel el día que él apareció en la boleta presidencial por tercera vez.
Obrador asumió que la Ciudad de México es una excelente plataforma para lanzar una candidatura, también cree que Relaciones Exteriores será un buen espacio porque al presidente, no le gusta el foro internacional. En ambas hipótesis está equivocado.

Sí algo tienen claro “los Ebrard” y “los Sheinbaum”, es que sus posiciones son necesarias, pero no suficientes; que estarán (están) bajo la mirada crítica de un país que tiene y padece resaca electoral.
Cada grupo sabe que una primera etapa de la estrategia es anular a la competencia. “Los Sheinbaum” envían mensajes a las mesas de café, “sí Ricardo Monreal no fue competencia para 2018, menos lo será para 2024”. “Los Ebrard” advierten que sí Marcelo cedió a Obrador la candidatura presidencial del 2012, es el primero en la lista para la sucesión.

Los equipos buscan anotar goles. La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena Coqui, es de parte de “Los sheinbaum”, y le ha hecho bastante incómoda y poco placentera a Ebrard su visita a Washington estos días, dejando bastantes piedras sueltas en el camino.
El 2024 está cerca, y habrá otros cerros en el medio del camino, que hoy ninguno de los grupos alcanza a ver.

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