En un partido a punto de terminar y merecidamente conducido por el Milan, también en un partido en el que ni CR7 ni el equipo han brillado demasiado, es el minuto 90 cuando CR7 se inventa una chilena que termina en el brazo de Calabria, llevando al penalti del empate.
La ida de las semifinales de Coppa Italia termina 1-1 y por la marcha del encuentro es un resultado que la Juve puede dar por bueno.
Sarri apuesta por un 4-3-3 inédito con Ramsey de interior y Cuadrado de lateral derecho avanzado. El Milan salta con un 4-4-2 y un planteamiento agresivo, que hace emplearse muy pronto a Buffon.
Tras el fogonazo inicial, la Juve empieza a manejar el balón, aunque debiendo estar atenta a los contragolpes rossoneri. De hecho, Buffon tuvo que intervenir en dos ocasiones más mientras que Donnarumma no tuvo que realizar ninguna intervención hasta el 35’, cuando llegó el tiro de Cuadrado.
El Milan comienza la segunda parte también con el pie en el acelerador probando de nuevo a Buffon. A los bianconeri les cuesta seguir el ritmo de sus rivales, y pese a que Gigi siguió completando buenas intervenciones, poco pudo hacer cuando Castillejo encontró a Rebic y este firmó la ventaja rossonera.
Sarri cambia a Ramsey por Bentancur y a De Sciglio por Higuaín, devolviendo a Cuadrado a la línea defensiva. Dybala sufrió la enésima falta de Hernández quien, ya amonestado, vio la segunda amarilla dejando a su equipo con 10. El autor del gol, Rebic, tuvo que dejar su puesto a Laxalt, mientras que el último cambio de los bianconeri es Rabiot por Matuidi.
Las sustituciones no parecen surtir efecto y todo el juego se concentra por el centro, provocando que el tiro no llegue hasta el 90′, un zurdazo de Dybala.
Pero cuando la Juve consiguió estirar la jugada, llegó un centro para Ronaldo, que intenta una chilena que se estrella contra el brazo de Calabria. Valeri, tras consultar el VAR, concede penalti. CR7 no falla desde el punto de penalti, logrando un empate al límite que permite a la Juve dar un suspiro de alivio de cara al duelo de vuelta.
El 1-1 de la ida es un resultado más que bueno, pero en cualquier caso el 4 de marzo, en el Allianz Stadium, hará falta una Juve distinta.
