La imagen de Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y su hija Valeria, de un año y 11 meses, ahogados en una de las orillas del río Bravo cerca de la ciudad mexicana de Matamoros, conmovió al Papa.
«El Papa está profundamente apenado por sus muertes, reza por ellos y por todos los migrantes que han perdido la vida tratando de escapar de la guerra y la miseria», comunicó el Vaticano.
La familia procedía de El Salvador y la madre y esposa de los fallecidos, Tania Vanessa Ávalos, explicó a las autoridades que el agua se llevó primero a la niña y fue su padre quien salió en su ayuda, pero ambos fueron llevados por la corriente del río.
Este miércoles, el Papa agradeció a los mexicanos por ser «acogedores» con los migrantes, durante el saludo a los fieles en español en la plaza de San Pedro.
Entre el grupo de peregrinos, había uno de Tlalnepantla, acompañados de su arzobispo, José Antonio Fernández Hurtado, y pidió entonces al Espíritu Santo para que sean acogedoras y solidarias sus comunidades.
El papá dirigiéndose a los fieles mexicanos dijo: «Yo quiero felicitar a los mexicanos porque son tan acogedores con los migrantes. Que Dios se lo pague».
