La Facultad de Medicina de la UNAM alertó que los mexicanos son los más expuestos a las enfermedades laborales, debido a que muchos trabajan más de 11 horas diarias y 55 a la semana, lo cual los hace propensos a la depresión y posibles infartos.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país en donde se trabaja más al año con un promedio de dos mil 246 horas y donde las personas se retiran a edad más avanzada, en promedio a los 73 años, cuando el promedio de vida es de 75.
La mayoría de las legislaciones en el mundo estipulan que una persona debe laborar 40 horas a la semana como máximo, pero la mexicana establece 48, lo que llega a generar afectaciones orgánicas, psicológicas e incluso sociales. El más inquietante es el estrés, pues aumenta el cortisol, hormona que incrementa los niveles de azúcar y favorece la diabetes.
Además se debilita el sistema inmunológico; causa problemas digestivos; estimula la secreción de ácido gástrico; eleva la presión arterial y ocasiona infertilidad, irritabilidad, palpitaciones, cansancio o dolores de cabeza permanentes, así como falta de apetito o gula y alteraciones en los ciclos del sueño, lo que a su vez deriva en fatiga crónica y en el menoscabo físico y anímico, propios de esta condición.
El exceso de trabajo genera afectaciones orgánicas, psicológicas e incluso sociales, pues el esfuerzo excesivo deteriora las relaciones familiares e interpersonales.
En México no se reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés, pese a toda la literatura médica al respecto y a sus notorios impactos en el bienestar de los individuos.